El trabajo con casos en Geografía permite recortar una realidad territorial, a partir de la integración e interjuego de diferentes escalas (global, nacional, regional, local) y poner en práctica conocimientos adquiridos en esta y otras asignaturas, para construir nuevas categorías de análisis y conocer las diferentes posibilidades que la geografía y otras ciencias brindan en cuanto al abordaje teórico metodológico de los espacios periurbanos, en este caso. La casuística ofrece una oportunidad importante para poder conocer metodologías de estudio a diferentes escalas, profundizar nuestro conocimiento investigativo y trasladarlo a las aulas.
Entre la ciudad y el campo, existe un continuo urbano-rural donde tienen lugar diversos grados de urbanización. En líneas generales, todo núcleo urbano tiende a crecer y dispersarse por el área circundante, dando lugar a la aparición de la denominada “franja urbano - rural o espacio periurbano”, un área con características distintivas que, sólo en parte, se asemeja al espacio urbano en expansión y que sigue siendo rural – al menos durante un tiempo- , en la cual muchos de sus residentes viven en el campo, pero no dependen ni social ni económicamente de él, es decir, sus fuentes de ingresos son puramente urbanas.
Estos espacios tan particulares, han sido abordados a partir de dos enfoques claramente opuestos, uno netamente urbano, que ve al espacio rural como reserva de tierras disponible para urbanizar; y otro, donde la óptica rural visualiza a la urbanización como la pérdida de espacios productivos y futuro espacio degradado.
Pintos (1993) considera que los procesos de periurbanización y de suburbanización comparten su génesis, pero tienen diferentes desenlaces. El primero es de una mutabilidad constante, es dinámico, mientras que el segundo, culmina con la incorporación de ese espacio a la trama urbana. Se trata de una interfase caracterizada por la heterogeneidad y yuxtaposición de usos del suelo, el deterioro del espacio, los cambios sociales, la especulación de la tierra y la especialización de la agricultura periurbana, entre otros. Constituye un área de transición, que incorpora valor al territorio acondicionándolo para implantar nuevas actividades, pero a la vez es un proceso que se expresa en la modificación de los patrones de asentamiento de la población.
Desde una década atrás aproximadamente, la puesta en valor de la cuestión ambiental y la irrupción de los discursos ecológicos en los medios masivos de comunicación, fueron propicios para incorporar al enfoque ambiental en el abordaje de este objeto de estudio. Nuevas posiciones académicas se refieren a la neorruralidad o al neorruralismo para explicar estos fenómenos de penetración de las lógicas urbanas en el medio rural. Otros, consideran que el espacio rururbano matiza la dicotomía de la oposición campo-ciudad (Barsky, 2005).
Los aportes teóricos y la literatura contemporánea permiten enfocar al espacio periurbano como un sector complejo, dinámico y en constante transformación, producto de factores endógenos y exógenos, a escala global, nacional y local. Por lo tanto, es un espacio geográfico socialmente construido, con aristas particulares, que se analiza a continuación.