El rasgo más característico de la vida en las ciudades es quizá la heterogeneidad, donde se alternan riqueza y pobreza, crecimiento económico y estancamiento productivo, nuevas actividades y servicios y desempleo y precarización laboral, renovación urbana y degradación de espacios residenciales, calidad de vida y contaminación de aguas y aire, entre otras cuestiones. Asimismo, la Globalización de la economía ha generado nuevas pautas espaciales y mayores desigualdades sociales.
Durante los años noventa, en América Latina, se llevaron a cabo importantes reformas macroeconómicas que confluyeron en una nueva agenda en las relaciones sociedad-estado – y por ende- generaron nuevas expresiones territoriales. La puesta en marcha de las denominadas “segunda generación “de reformas del estado reforzaron el carácter democrático, descentralizador de los cambios de los años ochenta y propugnados desde los Organismos de crédito internacional y los gobiernos de la época.
En ese escenario, las ciudades latinoamericanas se propusieron encontrar alternativas para insertarse en el sistema mundial: tras la democratización política y los procesos de descentralización estatal, se produjo una revalorización del papel de los centros urbanos y de los gobiernos locales.
Ese renovado papel del estado y la inserción como periferia en el sistema económico global implican realizar un análisis detallado de los mega procesos económicos y políticos que configuran al actual sistema urbano latinoamericano y su impacto socio territorial
Comprender las principales tendencias actuales en el sistema urbano mundial y latinoamericano a partir de diferentes concepciones epistemológicas nos permite abordar el estudio de la ciudad en el mundo como un objeto multidisciplinar y complejo.
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